Hace algunos años vi una película protagonizada por Donald Sutherland llamada el Ojo de la Aguja, no era una maravilla del 7º arte pero era entretenida, y al pensar en los temas que quería publicar y que me interesa compartir con ustedes se me vino a la cabeza la trama de esta película. Un agente secreto Nazi descubre que la invasión será por normandía, huye de Londres y llega a una aislada Isla británica donde hay un par de granjas y una familia encargada del Faro. Ahí debe contactar a un submarino alemán y huir en él para entregar la información. Pero que pasa, en el último momento el frio asesino y agente titubea un instante porque se ha enamorado de la esposa del Guarda Faro y esta que también lo ha descubierto lo mata justo cuando se sube en el bote que lo llevará al submarino que ya se asomaba a pocos metros de la playa.
Que hubiera pasado si el agente cumple su misión, cambiaría la historia, o hubiera llegado y nadie le creería. Jamás lo sabrémos pero a veces convine repasar y analizar hechos del pasado que nos muestran lo que pudo haber ocurrido y no fue. Y esto es útil ya sea para no repetirlo o para dimensionar las grandes diferencias que pueden hacer pequeños actos humanos que a veces no valoramos.
Que hubiera pasado si el agente cumple su misión, cambiaría la historia, o hubiera llegado y nadie le creería. Jamás lo sabrémos pero a veces convine repasar y analizar hechos del pasado que nos muestran lo que pudo haber ocurrido y no fue. Y esto es útil ya sea para no repetirlo o para dimensionar las grandes diferencias que pueden hacer pequeños actos humanos que a veces no valoramos.
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