Como los constantes rebrotes de problemas en las relaciones entre Chile, Perú y Bolivia tienen su raíz en un conflicto ocurrido hace más de cien años, la solución definitiva también debe ser de largo plazo, por esto que creo necesario buscar la solución en la educación de las futuras generaciones, las que no pueden seguir formándose con marcados rasgos e ideas discriminatorios, o versiones de la historia manipuladas por el resentimiento o por el patriotismo mal entendido.
Por esta razón es que debería crearse una comisión formada por académicos (tanto de Historia como de pedagogía y psicología) de los tres países, para que en un plazo previamente fijado den forma a un programa o plan de estudios para el periodo de la historia en que nuestros países estuvieron en conflicto. Al ser un plan de estudios común, en el que desaparezcan las versiones acomodadas a intereses del pasado, y en el que sólo se modifiquen aspectos idiomáticos, las futuras generaciones no tendrán que sufrir los mismos desencuentros que nosotros y nuestros antecesores.
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